lunes, 23 de noviembre de 2009

LA CONSTRUCCION DE UNA MEJOR CONVIVENCIA:

Por: César Montoya Olarte

A diario nos enfrentamos con diversas situaciones que ponen a prueba nuestra convivencia con las personas con que interactuamos en el hogar, el colegio, el barrio y la ciudad. Nos preguntamos si de verdad sabemos convivir, a pesar de las múltiples diferencias que puedan existir, de raza, religión, cultura, ideología, genero y edad, entre otros, debemos entender que somos seres sociales que nos complementamos y nos necesitamos los unos a los otros para poder sobrevivir, evolucionar y alcanzar la prosperidad que tanto anhelamos.

Muchas serian las razones por las cuales no hemos podido aprender a convivir, pero en general siempre nos excusamos en el otro o en las circunstancias en varias ocasiones, ajenas a nuestra voluntad, pero pocas veces nos miramos a nosotros mismos, nos dejamos llevar por nuestros impulsos o emociones, por la ira, el egoísmo y el deseo de venganza, nos absorbe la intolerancia y nos domina el odio y la envidia.

En otras ocasiones queremos ser siempre los primeros en todo, primero yo, segundo yo y tercero yo, casi siempre sin importar el otro o dedicándonos a destruir al otro, a ver cómo le hacemos zancadilla para que caiga o pierda. Andamos prevenidos viendo al otro como nuestro enemigo, como un competidor o como alguien que nos juzga o que no nos entiende, como muchas veces sucede con los padres. Todo esto genera desconfianza, angustia y rebeldía, muchas veces utilizamos el lema de "El que no está conmigo está contra mí", que si no piensas o actúas como yo no perteneces a mi lista de amigos, la amistad entonces se convierte en una simple conveniencia o por simple interés personal.

Si cambiamos esa mirada y vemos al otro como un consejero, un apoyo, un guía o un verdadero amigo en quien confiar y quien nos puede aportar en nuestra formación para la vida, podemos construir una relación mutua y afectiva con los demás, que nos permita afrontar los retos y situaciones muchas veces difíciles que nos impone la vida.

El colegio es el espacio ideal para la construcción de la convivencia, a través del diálogo, el consenso, el acuerdo, el trabajo en equipo, a partir de la cual podamos extender esa red afectiva y dialogante hacia toda la comunidad, centrada en la práctica de los valores, la justicia, la igualdad y la inclusión social. No dejemos apagar esa llama tan importante como es la convivencia.

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