La educación tiene vital importancia no solo para adaptar, sensibilizar o socializar al hombre, sino cohesionar y construir una mejor sociedad y visión de ser humano, pensado desde su humanización y universalización. Retomando al filosofo Fernando Savater en su libro el valor de educar: "la sociedad nunca es un todo fijo, la enseñanza que queremos o rechazamos nos obliga a meditar también sobre la calidad de la cultura misma en la que hoy nos movemos" y en su cita a Hubert Hanoun: "la escuela no transmite solamente la cultura dominante, sino más bien el conjunto de culturas en conflicto en el grupo del que nace".
La convivencia no se construye de la noche a la mañana ni dejando solo su responsabilidad a los maestros, es una responsabilidad de todos, desde la conciencia formadora ética y moral de los padres, pasando por la regulación y control mismo de los grupos o sociedades donde se desenvuelva, para llegar finalmente al ser individual libre y autónomo, con el pleno desarrollo de sus habilidades, competencias, cualidades, actitudes y aptitudes del ser integral que se pretende formar.
Complementando lo anterior me parece muy importante la reflexión de Savater cuando afirma: "el ideal básico que la educación actual debe conservar y promocionar es la universalidad democrática" y lo fundamenta diciendo: " durante siglos la enseñanza ha servido para discriminar a unos grupos humanos sobre otros, a los hombres frente a las mujeres, a los pudientes frente a los menesterosos, a los citadinos frente a los campesinos, a los clérigos frente a los guerreros, a los burgueses frente a los obreros, a los civilizados frente a los salvajes, a los listos frente a los tontos, a las castas superiores frente a y contra las inferiores. Universalizar la educación consiste en acabar con tales manejos discriminadores, cada cual es lo que demuestra con su empeño y habilidad que sabe ser, no lo que su cuna biológica, racial, familiar, cultural, nacional, de clase social, etc., es una continua rebelión contra el destino y la fatalidad".
Debemos entender que el engranaje principal y dinamizador de toda sociedad es su formar y educar, es por ende que la educación y los educadores deben ser sus líderes gestores y transformadores, no solo con la transmisión de saberes o conocimientos, el rescate de los valores o el cumplimiento de ciertas normas de convivencia, sino en la forma como lo vive, lo expresa, lo analiza y lo aplica en el mundo con sus pares, el darle un verdadero significado a la vida y un sentido al ser humano, no para someter, dominar o imponer, sino para aprender a convivir con el otro y buscar un bienestar para todos.
Como afirma Savater:"lo propio del hombre no es tanto el mero aprender, como el aprender de otros hombres, ser enseñado por ellos. Nuestro maestro no es el mundo, las cosas, los sucesos naturales, ni siquiera ese conjunto de técnicas y rituales que llamamos "cultura" sino la vinculación intersubjetiva con otras conciencias, el destino de cada humano no es la cultura, ni siquiera estrictamente la sociedad en cuanto a institución, sino como seres semejantes. La vida humana consiste en habitar un mundo en el que las cosas no solo son lo que son sino también lo que significan. La verdadera educación no solo consiste en enseñar a pensar sino también en aprender a pensar sobre lo que se piensa y esto exige constatar nuestra pertenencia a una comunidad de criaturas pensantes, todo puede ser privado e inefable; sensaciones, pulsiones, deseos, menos aquello que nos hace partícipes de un universo simbólico y a lo que llamamos "humanidad."
Considero que actualmente nos debatimos entre un mundo que manipula la educación para sus fines (Ser potencia mundial) y los que pretenden el fomento de seres formados en y para la libertad, entendida esta como mi propio reconocimiento como ser humano, con valores éticos y el reconocimiento del otro desde una mirada holística y tolerante. La gran responsabilidad de nosotros los educadores por tanto es esta, forjar seres libres, que cumplan con los cuatro pilares de la educación (saber ser, saber hacer, saber aprender y saber convivir y comunicarse) y potencialicen los recursos de su región para el beneficio de la misma comunidad.
La convivencia no se construye de la noche a la mañana ni dejando solo su responsabilidad a los maestros, es una responsabilidad de todos, desde la conciencia formadora ética y moral de los padres, pasando por la regulación y control mismo de los grupos o sociedades donde se desenvuelva, para llegar finalmente al ser individual libre y autónomo, con el pleno desarrollo de sus habilidades, competencias, cualidades, actitudes y aptitudes del ser integral que se pretende formar.
Complementando lo anterior me parece muy importante la reflexión de Savater cuando afirma: "el ideal básico que la educación actual debe conservar y promocionar es la universalidad democrática" y lo fundamenta diciendo: " durante siglos la enseñanza ha servido para discriminar a unos grupos humanos sobre otros, a los hombres frente a las mujeres, a los pudientes frente a los menesterosos, a los citadinos frente a los campesinos, a los clérigos frente a los guerreros, a los burgueses frente a los obreros, a los civilizados frente a los salvajes, a los listos frente a los tontos, a las castas superiores frente a y contra las inferiores. Universalizar la educación consiste en acabar con tales manejos discriminadores, cada cual es lo que demuestra con su empeño y habilidad que sabe ser, no lo que su cuna biológica, racial, familiar, cultural, nacional, de clase social, etc., es una continua rebelión contra el destino y la fatalidad".
Debemos entender que el engranaje principal y dinamizador de toda sociedad es su formar y educar, es por ende que la educación y los educadores deben ser sus líderes gestores y transformadores, no solo con la transmisión de saberes o conocimientos, el rescate de los valores o el cumplimiento de ciertas normas de convivencia, sino en la forma como lo vive, lo expresa, lo analiza y lo aplica en el mundo con sus pares, el darle un verdadero significado a la vida y un sentido al ser humano, no para someter, dominar o imponer, sino para aprender a convivir con el otro y buscar un bienestar para todos.
Como afirma Savater:"lo propio del hombre no es tanto el mero aprender, como el aprender de otros hombres, ser enseñado por ellos. Nuestro maestro no es el mundo, las cosas, los sucesos naturales, ni siquiera ese conjunto de técnicas y rituales que llamamos "cultura" sino la vinculación intersubjetiva con otras conciencias, el destino de cada humano no es la cultura, ni siquiera estrictamente la sociedad en cuanto a institución, sino como seres semejantes. La vida humana consiste en habitar un mundo en el que las cosas no solo son lo que son sino también lo que significan. La verdadera educación no solo consiste en enseñar a pensar sino también en aprender a pensar sobre lo que se piensa y esto exige constatar nuestra pertenencia a una comunidad de criaturas pensantes, todo puede ser privado e inefable; sensaciones, pulsiones, deseos, menos aquello que nos hace partícipes de un universo simbólico y a lo que llamamos "humanidad."
Considero que actualmente nos debatimos entre un mundo que manipula la educación para sus fines (Ser potencia mundial) y los que pretenden el fomento de seres formados en y para la libertad, entendida esta como mi propio reconocimiento como ser humano, con valores éticos y el reconocimiento del otro desde una mirada holística y tolerante. La gran responsabilidad de nosotros los educadores por tanto es esta, forjar seres libres, que cumplan con los cuatro pilares de la educación (saber ser, saber hacer, saber aprender y saber convivir y comunicarse) y potencialicen los recursos de su región para el beneficio de la misma comunidad.
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